Una expedición multidisciplinaria, financiada por la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) y organizada por los centros culturales de España en Rosario y Asunción, que pretende rescatar la tradición del viaje como instrumento de conocimiento, rendir homenaje a las culturas del litoral y registrar las transformaciones que ha sufrido la zona.



Esperando el Bermejo, 26 de marzo

El río Paraná recibe su color marrón de las aguas del río Paraguay. Este, a su vez, lo recibe gracias a los aportes de sedimentos andinos que arrastran el Pilcomayo y el Bermejo. Eso quiere decir que en nuestro viaje río arriba, el aumento de color era progresivo. Esperábamos ansiosos el momento de ver como el Bermejo desembocaba en el río Paraguay, coloreándo sus aguas. Los rumores eran que llegaríamos a la desembocadura a las siete de la mañana. Así que todos madrugamos para no perdernos el espectáculo. Desde el lado formoseño se oían los monos aulladores. Fue una larga espera. Nuestro práctico, Carlos Vaccarezza, pasó toda la mañana anunciando la pronta llegada del río Bermejo. Como llegamos a la desembocadura a eso de las tres y media de la tarde, el episodio dió origen a una nueva unidad de tiempo: la hora Vaccarezza, cuya duración es incierta pero sin duda superior a la hora común.














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